Estás hecho un toro, estás hecha una vaca...

Pasa desapercibida toda la discriminación hacia la mujer que existe en el lenguaje cotidiano, lo usamos en nuestro día a día y no percibimos los detalles que hacen visible esta desigualdad.

Los duales aparentes y los vocablos ocupados son una clara demostración del machismo existente en el lenguaje. Vemos como palabras cambian totalmente su significado dependiendo de su género. Cuando se comparan dos palabras como vemos con los duales aparentes, el género masculino representa algo positivo (toro), sin embargo, el género femenino denota algo negativo (vaca). En el caso de los vocablos ocupados (señorita) un género se diferencia totalmente del otro en su significado hasta el punto de que uno carece de sentido o no es utilizado.

Es impactante cómo indagando un poco en el trasfondo del lenguaje cotidiano podemos percibir la realidad de la desigualdad que vivimos. Esta desigualdad es plasmada en todos los ámbitos sociales y no escapa su implicación en nuestro lenguaje. 

Por ello, deberíamos tomar conciencia y reelaborar nuestro lenguaje usado en el día a día para asegurarnos de que es posible una sociedad que respete a todxs por igual.


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