Mary Beard: Oh Do Shut Up Dear

Como hemos podido apreciar en los artículos que hacen referencia a la conferencia de Mary Beard, muchos espectadores se dedicaron a proferir insultos en masa a la investigadora por el contenido de su conferencia. Los insultos en su mayoría hacían referencia a su físico, de alguna forma u otra pretendían herirla de manera que se avergonzase por su presencia. Las críticas no se enfocaban en una respuesta a lo que había dicho Beard, no rebatían su argumento sobre el silencio impuesto a la mujer a lo largo de la historia. Simplemente, las personas que le dedicaron estas palabras tan elegantes, soltaron su rabia por la inconformidad con lo que decía.

A día de hoy podemos ver cómo se critica e insulta a las personas que se comportan fuera de lo normativo. Cuando los niños no se comportan de manera masculina, (lo que se espera de ellos) se les llama "nenazas", "maricones"; y cuando esto pasa con las niñas se les llama "marimachos". Es curioso ver cómo el insulto está basado en lo contario a lo que suponemos que una persona siente que le define; por ejemplo, suponemos que un hombre se siente masculino y decirle que es homosexual le debe herir o suponemos que una mujer se siente femenina y criticar su aspecto debe herirle también (el estereotipo femenino de "cuidar el aspecto"). 

Estos insultos afectan a las niñas y niños en gran medida. En una sociedad con tantos estereotipos de género buscamos sentirnos identificadxs e incluidxs en el grupo que nos "pertenece", o más bien la sociedad nos impone. Que nos critiquen acerca de nuestra identidad es algo que nos desmorona. Quizás con la coeducación se consiga visibilizar la importancia de respetar a los demás sin hacer crítica acerca de su comportamiento, forma de vestir o personas a las que ama. 

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